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Pi

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Soy muy mala para las matemáticas, aunque se supone que son una ciencia exacta y muy racional. A mí, la verdad, es que el despeje de la X, la raíz cuadrada y los números infinitos me parecen demasiado abstractos para mi reducida mentalidad.


Sin embargo, el otro día, perdiendo el tiempo como suelo hacerlo viendo reels en el celular, apareció un video que hablaba de Pi. Se titulaba “Demostración visual de por qué Pi es un número irracional”. En la pantalla una aguja iba girando y dibujando su trayectoria, primero con curvas, luego espirales, flores y figuras dentro de un círculo perfecto. Fueron cincuenta segundos hipnóticos y muy satisfactorios. Tanto, que terminé con curiosidad por ese número irracional que me había atrapado.


Todos sabemos que Pi es igual a 3.1416 (en la escuela lo importante no era entenderlo, sino memorizarlo, como todo), y después el número sigue y sigue como si no tuviera final. Pero, ¿por qué nunca termina? Si lo que hace Pi es medir un círculo, y los círculos, hasta donde yo sé, tienen principio y fin. Para mí eso ya lo hace irracional, porque me esforcé pero la verdad es que no entendí la maldita explicación. Y como no la entendí, decidí quedarme con lo que me inspiró y escribir este breve ensayo en el que me declaro defensora de lo irracional y lo incomprensible.


En matemáticas, un número irracional es aquel que no termina y que tiene infinitos decimales sin orden aparente. Pero fuera de las matemáticas, ¿qué significa ser irracional? La definición dice que es aquello que carece de razón, y la razón no es otra cosa que la facultad de entender. Entonces, lo irracional sería lo que no comprendemos, lo que se escapa a la lógica, lo que no encaja en una fórmula. Y tal vez justamente por eso resulta tan fascinante, porque lo que no entendemos es lo que más nos atrae, lo que guarda misterio. Lo irracional es lo que nos detiene y nos sacude, lo que convierte la rutina en magia, lo que hace que la vida no sea solo una certeza tras otra.


Entre esas cosas irracionales están Dios, el amor, los sueños, un bostezo que se contagia, la piel de gallina, la intuición, la atracción entre dos que ni se conocen o esa extraña sensación de haber estado antes en el mismo lugar pero en otro tiempo (déjà vu le dicen). Pasamos el día creyendo que actuamos de manera racional, cuando en realidad nada lo es del todo. Que yo escriba y alguien me lea, que un pensamiento viaje de mi cabeza a la tuya a través de palabras inventadas hace siglos, ya es un acto irracional. Y del mismo modo que para una canica diminuta o para la inmensa circunferencia de la Tierra Pi siempre será 3.1416….., también un abrazo de bienvenida mide lo mismo que uno de despedida, pero no tienen nada que ver.


En mi breve investigación descubrí que Pi incluso tiene su propio día. Sí, el día de Pi se celebra el 14 de marzo, porque 3 (marzo) y 14, igual a 3.14… Absurdo pero cierto.


En el reel Pi jamás vuelve al lugar de inicio, queda cerca, muy cerca, pero nunca se detiene, ni vuelve a pisar el lugar donde ya estuvo. Y creo que tenemos mucho que aprenderle a Pi, habiendo infinitas trayectorias ¿por qué volver a lo mismo?, porque no mejor atreverse a descubrir nuevas rutas, por qué no confiar en que cada movimiento, aunque no parezca lógico, terminará dibujando flores de mil pétalos, que serán mas sorprendentes que el circulo perfecto.


Pi me enseñó que aunque no lo entienda, hay algo en mí que lo siente. Que para que algo tenga sentido no necesita tener lógica. Y que a menudo la razón limita la experiencia y nos aleja de lo mágico. Aunque tampoco quiero ser injusta, porque sin la razón jamás habríamos descubierto a Pi. El truco, creo yo, está en saber cuándo soltarla para dejar entrar lo que no se puede explicar.


Y así como irracionalmente se celebra el día del amigo imaginario, el día de la alegría o el día del sueño, yo el 14 de marzo celebraré a Pi. Para recordar que este número me enseñó a no cerrarme nunca, que en ese minúsculo espacio del círculo que no termina de unirse cabe un universo de posibilidades. Y lo voy a festejar con un trago absurdo de whisky con mezcal (porque ningún bartender en su sano juicio lo recomendaría) y con un playlist igual de incoherente, tipo jazz mezclado con reguetón (Bad Bunny con Nina Simone). Y lo haré con la certeza de que, aunque nadie nos entienda, lo peor que podríamos hacer, es dejar de ser irracionales.


Y aquí dejo el link del reel, por si alguien quiere perder cincuenta segundos viendo la perfecta imperfección de Pi. https://www.instagram.com/p/DMGBji8u1h1/

 

 
 
 

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